El currículo Waldorf se basa en la comprensión del desarrollo evolutivo del ser humano, desde la niñez a la primera juventud, teniendo en cuenta la progresiva aparición de capacidades vinculadas al ámbito del querer, del sentir y del pensar.

Historia de la Pedagia Waldorf

En 1919 el propietario de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria, le pidió a al Filosofo y Científico Rudolf Steiner que dirigiera una escuela para los niños de los empleados. Steiner aceptó pero poniendo unas condiciones que iban en contra de lo establecido en esa época, como que la escuela aceptara a todos los niños; acogiera a ambos sexos; con la menor intervención del Estado posible y, que los maestros siguieran la pedagogía de la escuela. Así, en septiembre de 1919 abrió en Alemania la primera escuela de Pedagogía Waldorf. Hoy en día existen alrededor de 1100 colegios de Pedagogía Waldorf en todo el mundo. 

Bases de la Pedagogia

La Pedagogía Waldorf defiende que debe crearse una fuerte base emocional para conseguir el mejor desarrollo intelectual del niño.
Según la filosofía de Steiner, el ser humano tiene cuerpo, alma y espíritu, y sus capacidades se desarrollarán a lo largo de tres períodos de la vida: infancia temprana, infancia intermedia y adolescencia.

Los septenios

Primer Septenio

De 0 a 7 años

En este septenio, el niño aprende por imitación; todo lo que está a su alrededor lo absorbe y lo integra sin un filtro racional o consciente, por ello, resulta importante ofrecerles un entorno que le ofrezca adecuados ritmos y actividades, respetando y valorando su infancia, para que a través de la imitación se estructure todo su ser.

Segundo Septenio

De 7 a 14 años

En esta edad, el niño se interesa más en su entorno, surgiendo un genuino interés por experimentar a través de las diferentes materias y actividades. Asimismo, en estos años, aprende los hábitos que lo acompañarán en su vida adulta, gracias a lo cual en su interior se va desarrollando su parte anímica. 

Tercer Septenio

De 14 a 21 años

En este septenio los jovenes deben encontrar sus propios desafíos y, en último término, su propia identidad. Nuestro norte, en esta etapa, busca conducirlos hacia su autonomía como individuos libres, para que puedan situarse en el mundo como sujetos receptivos y conscientes de la época que les toca vivir.

Lo primero que influye es la personalidad del educador, lo segundo, su manera de obrar, sólo en tercer lugar, lo que dice.

Rudolf Steiner
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Filosofo Austriaco