Como todos los años, le dimos la bienvenida al invierno con una hermosa fiesta.

El viernes 21 de junio al atardecer, la escuela se llenó de cuentos y relatos, imágenes de este momento del año tan especial. Y cuando el sol terminó de esconderse, se encendieron los faroles y las fogatas.

En una gran ronda, disfrutamos de cantar juntos y asistimos a la ceremonia del salto de las brasas, en la que cada niño (a partir de tercer grado) se enfrenta a ese desafío que lo afirma en sí mismo y lo hace crecer.

Luego compartimos una exquisita sopa y el pan amasado por los niños. Este año, los jóvenes de secundaria tomaron chocolatada con churros.

Terminada la celebración, todos nos fuimos a casa a descansar, en la noche más larga del año, llevándonos en el corazón un poquito de ese fuego encendido.